El background de las tallas plus-size
- David López
- 5 feb 2016
- 5 Min. de lectura
No hay ninguna duda respecto al hecho de que el mundo de la moda cambia constantemente. Tal y como hemos podido ver en los posts que hemos escrito, cambian las formas de entender el mundo y de representar la realidad, cambian nuestros discursos y nuestra forma de adaptarnos a los mismos mediante la moda, forma de expresión para muchos de nosotros. Cambian las tendencias, las corrientes artísticas, en qué nos basamos para vestirnos (cuando nos basamos en algo, a veces preferimos ser independientes de lo que nos dictan desde las altas esferas del mundo de la moda...). Y, cómo no, cambian las marcas, su imagen, sus pasarelas y hasta sus modelos, fundamentales en la difusión de la esencia de cada nombre que aparece en las etiquetas de la ropa que nos ponemos.
Nos encontramos en un momento crucial para el desarrollo (adecuado) de la sociedad en el cual se está empezando a cuestionar lo que en el siglo XX se daba por entendido: el machismo está más debilitado que nunca - aunque desgraciadamente no está siendo erradicado, el papel de la mujer en comparación con el del hombre está siendo asiduamente revindicado (¿por qué antes era normal pensar que una mujer debía cobrar menos que un hombre? ¿Y cuando pensaban que la mujer estaba destinada a cuidar de la casa y de los hijos exclusivamente?), la lucha por los derechos de la comunidad LGTB+ está en el alza. También lo está el debate respecto a cómo tenemos que ser para agradar a los demás, imagen que ha creado el mundo de la moda y de los medios y que no podemos negar por mucho que nos apasionen ambos. Estas "instituciones" nos han hecho asimilar la idea de que tenemos que ser una talla 0, o tener más musculos que neuronas, o ser rubios con ojos azules o medir 1,80 para ser considerados guays, populares, guapos, bien tratados y un muy largo etcétera. Esta idea ha sido asimilada por jóvenes que, a su vez, han propiciado dos grandes problemas en la actualidad: el acoso escolar y los trastornos alimenticios. Muchos niños populares, guapos, delgados o que tienen una vida fácil han hecho bullying a aquellos que eran todo lo contrario y esto a su vez ha provocado eating disorders, depresión, odio a ellos mismos e incluso suicidios. Porque sí, las "inocentadas" consideradas por mucho de los niños (y basadas en lo que ven en la televisión, revistas e Internet) pueden provocar que otros lleguen a tal punto de quitarse la vida.

Por su parte, el mundo de la moda está empezando a ser consciente de esto que comentamos y por su parte está empezando a tomar medidas que acaben con la estigmatización de cómo debe ser el cuerpo humano en vistas a favorecer la diversidad racial, sexual y física. Aunque en muchos casos se consideran pasos tímidos, al menos podemos decir que ha comenzado ese cambio. Por ejemplo, Francia decidió multar a aquellas marcas que usasen modelos en su pasarela con un IMC por debajo del normal, considerado una apología a la anorexia (os lo contamos hace unos meses en Fashionaholics, haced click aquí), hace casi un año vimos a Jamie Bewer, actriz en series como America Horror Story que padece Síndrome de Down, desfilar en la New York Fashion Week y, siguiéndola en septiembre de 2015, pudimos ver a Madeline Stewart, la primera modelo con Síndrome de Down, desfilar para FTL. Victoria's Secret permitió a la modelo Maria Borges desfilar con su pelo natural en el último show celebrado e incluyó a Gigi Hadid en su armada de ángeles tras ser considerada por muchos "gorda" por no tener las proporciones esperadas en una modelo. Cada vez vemos a más modelos de distinto color, nacionalidad y proporciones en las revistas... ¡Parece que se va a hacer justicia de una vez por todas!
Donde más se ha podido ver este cambio ha sido a la hora de contratar modelos según su peso. Cada vez está más claro que la belleza no tiene nada que ver con la altura, con el peso, color de pelo o de piel sino con una esencia que sólo cada uno de nosotros sabemos transmitir. Sin embargo, en un intento de distinguir basado en el tradicionalismo existente en nuestra atmósfera social, se ha decidido etiquetar a estas modelos de más talla como "plus-sized models". No hay problema, las personas que pertenecen a este sector se encuentran cómodas con el término y con que sean representadas. El problema es cuando marcasenormes como Calvin Klein consideran modelos plus size a esto:

Entonces... ¿Y esto?
Nos explicamos. Si bien es verdad que Myla Dalbesio (Calvin Klein) no tiene una talla pequeña como tienen gran parte de las modelos de la industria (talla que se ha impuesto por activa y por pasiva), que tendrá, ¿una talla 40? ¿una talla 42? ¿Es una modelo de talla 40-42 de dimensiones grandes? ¿Y UNA PERSONA DE LA TALLA 40-42 ES DE DIMENSIONES GRANDES? Volvemos al mismo error. Usar palabras bonitas para decir lo mismo de siempre: si no tienes una talla 36, eres de grandes proporciones (gordo/a, para muchos). Y aunque lo llamen "plus-size" y quede bonito y como que se está luchando por la diversidad, no sirve de nada si se aplica a personas con una talla "normal" (en el sentido a que no es muy alta o muy baja, es una talla media). Una persona de talla 48 o 50 podría ser considerada una persona plus-size (nunca queremos decir en el sentido de ser grande, sino desde la perspectiva que la moda nos da). Denise Bidot es una modelo plus size. Y con ella, todos los modelos de mismas dimensiones. Ser una persona plus-size NO TIENE ABSOLUTAMENTE NADA DE MALO PORQUE NUESTRA TALLA NO REPRESENTA QUIÉNES O CÓMO SOMOS, y es algo que los modelos que pertenecen a este ámbito saben. Pero si jugamos a ser poli bueno y utilizar términos técnicos de mala manera, el efecto es el contrario al deseado.

Deberíamos partir del hecho de que no hay modelos/personas plus-size o no plus-size, sino modelos o personas. Pesar 50 u 80 kilos no es más que una característica como el ser rubix, morenx, altx o bajx. Pero si vamos a ponernos sensibles y vamos a concienciar a la sociedad de que no somos nuestra talla, por favor, hagámoslo bien ¿o no? Calificar a una persona con la talla 40 como de grandes dimensiones causa el mismo efecto de ahora: trastornos alimenticios, problemas de autoestima, auto-odio, depresión y mucha presión social. Pero claro, como ya no decimos que quien tiene una talla 42 está gordo/a sino que es de "dimensiones grandes" ya no hay problemas. Claro que los hay, y casi intensificados por acciones así porque remarcan aquello de lo que intentamos huir.
¿Qué queremos decir con esto? Que seamos inteligentes e inconformistas y luchemos por un cambio REAL. Nos dan igual los términos, nos dan igual las opiniones de los detractores, nos dan igual las tradiciones y lo que se debería hacer o no. Lo que no nos da igual es la sociedad. No nos dan igual las personas, ni su bienestar ni sus sentimientos. No nos dan igual lo mal que se pueden sentir muchxs por presiones innecesarias. Si vamos a buscar el cambio, busquémoslo bien, para todos y del que se beneficiarán adultos, niños, jóvenes y futuras generaciones.
Por último, os dejamos aquí un blog que es un claro ejemplo de cómo escribir para todo tipo de cuerpos, ¡esperemos que os guste! - http://www.stylemecurvy.net/
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