H&M X BALMAIN: Las claves del éxito
- David López
- 12 nov 2015
- 5 Min. de lectura
Hace unas horas se cumplió una semana desde que se hizo historia en la moda una vez más. Remontándonos al 18 de mayo de este año, se daba a conocer en nuestro país la nueva (y siempre esperadísima) firma de moda que colaboraría con la marca sueca H&M. Tras los Billboard Awards, Olivier Rousteing (diseñador) junto a Kendall Jenner y - la ya no ángel de Victoria Secret - Jourdan Dunn daban la gran noticia. Nada más y nada menos que BALMAIN había firmado con H&M para la colaboración anual, con el pretexto de que "la moda solía separar a la gente, pero en los últimos años se ha vuelto más accesible para todo el mundo". Y muchos/as amantes de la moda ya soñábamos con esa accesibilidad y con tener un jersey, una camiseta o cualquiera de los vestidos de pedrería. También fuimos muchos los que vimos esta experiencia más como un espejismo que como una realidad, ya que en apenas 4 horas se agotó toda la colección en tiendas y en la página web.

Según avanzaban los meses salían más datos: pistas sobre la dirección que tomaría esta colección cápsula, Behind The Scenes pics de la campaña, fecha de lanzamiento (el pasado 5 de noviembre), imágenes del lookbook y algunos precios (desde los 20 euros hasta los 500). En Fashionaholics estuvimos ahorrando y deseando hasta la saciedad poder ser los privilegiados que tuviéramos una prenda de esta colección con la que tan afines nos sentíamos (aunque, a fin de cuentas, era una prenda de H&M y de la calidad de H&M, PERO era como un sueño para muchos de nosotros). Sin embargo, a las 14:00 de mediodía hora española ésta ya estaba agotada en casi su totalidad. ¿A que se debió tanto éxito? ¿Cómo logra uno coronarse como uno de los sucesos históricos del año y como la firma con la colaboración más exitosa de la historia de H&M? En Fashionaholics hemos recopilado algunas de las claves del éxito (o, al menos, lo hemos intentado). Here we go, ladies and gentlemen!
1. Hype social provocado: El término hype es un vocablo anglosajón que significa promoción, pero en realidad va más allá de la misma. Es lo que muchos profesionales relacionarían con el "bombo publicitario". Oliver sabía lo que quería: quería llamar la atención, que el nombre de la marca estuviera en todas partres, crear expectación e incluso espectáculo. Y claramente lo consiguió. Desde el momento en el que apareció en la red carpet de los premios Billboard con Kendall y Jourdan, medios de comunicación especializados en moda (y no sólo estos) dieron la noticia alrededor del mundo durante semanas e hicieron una cobertura sobre los avances de la colección semana a semana. Todo el mundo quería saber lo que se cocía entre telas y piedras preciosas. Y el equipo de Balmain explotó esa vía.
2. Inteligencia corporativa y publicitaria: Por muy frustrados que estuviéramos por no haber sido capaces de comprar nada de esta colección, algo que hemos aplaudido desde el minuto 0 ha sido la audacia e inteligencia de la firma para promocionar la colaboración. Ponerle la cara de Kendall Jenner y de Gigi Hadid a la colección fue un movimiento minucioso e inteligente por el siguiente motivo: ¿quién no conoce en la actualidad al Clan Kardashian (sobre todo tras el matrimonio Kim-Kanye West, Caitlyn Jenner, los labios de Kylie Jenner y la saturación mediática respecto a estas celebridades) ? ¿Quiénes aparecen casi todos los días en los medios de comunicación de moda? Oliver sabía perfectamente de quién se rodeaba y no dudó en usar la imagen de las Kardashian y de Gigi Hadid (modelo cuyo nombre está en boca de todos y cuyo éxito ha sido inminente) para explotarlo. Y usando las ganas de muchas personas de sentirse un/a Kardashian más o un/a supermodelo, Balmain escaló sobre las mismas para posicionarse en lo más alto.
3. Penetración en consumidores: en consumidores no habituales de Balmain, precisamente (quien se puede permitir prendas de Balmain no tiene que esperarse a una colección cápsula low-cost para hacerse con algo). La idea era ofrecer ropa de origen lujoso y elegante a precios mucho más bajos - aunque había camisetas blancas de algodón que con poner el logo ya costaban 30 euros - y esto es algo que a nosotros, los jóvenes, nos encanta. Tengamos en cuenta el momento económico que estamos pasando... Es la excusa perfecta. Con este movimiento, la firma ha hecho que quien no conozca Balmain lo conozca y quien supiera de su existencia se obsesionase por ella (ambos grupos consumiendo, finalmente).
4. Exclusividad al alcance de nuestras manos: la idea de tener un Balmain (aunque H&M estuviese detrás) a un precio aceptable en muchas prendas es algo que nos enloquecía. Volvemos a lo que decíamos en el punto anterior, si las prendas en clave low cost están a la orden del día ya, imaginad si las firman Balmain, Versace o Dior.
5. Pasión en la fashion community: Tampoco es de extrañar que la colección se agotase en pocas horas si tenemos en cuenta que había gente acampando (sí, lo habéis leido bien) desde la tarde anterior en todo el mundo para hacerse con las prendas que habían estudiado previamente en sus casas. Esto sumado a las colas que, si bien se limitaba el tiempo de compra en 10 minutos para que avanzasen rápido, hicieron que varios se quedasen con las manos vacías.
6. Postureo: El mundo de la moda siempre ha estado dividido entre los que realmente aman la moda y la respiran y los que sólo se sienten atraidos por las prendas, el lujo, las luces y la pasarela sin pensar en todo el trabajo que hay detrás de las mismas o detrás de un artículo de moda (¿alguien ha dicho wannabe's?). Y aunque todos los puntos de vista son respetables, esto ha provocado que la gente haya matado por tener algo que ponga Balmain porque tiene puesto Balmain y es cool, no porque signifique algo. Y esto, a su vez, ha hecho que gente que deseaba DE VERDAD poseer una prenda se hayan quedado en las puertas del Olimpo. Y no tengamos en cuenta la gente que ha comprado prendas para revenderlas en Internet y jugar con los sentimientos de los demás (sí, mejor no tener en cuenta esta actitud).
Para acabar, nos gustaría resaltar un último condicionante sobre esta colección: el stock ha sido muy bajo comparado con un hype muy alto. Querer llegar a 1 millón de personas pero querer vender sólo a 50.000 sí que es una táctica algo más cuestionable. Sea como fuere, muchísimas felicidades a los afortunados que pudieron formar parte de la colección y aquellos que no pudieron... ¡llegará nuestro momento cualquiera de estos años siguientes!
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