"I’ll show you something to make you change your mind" - The Beatles
- Irene Asiaín
- 14 ago 2015
- 5 Min. de lectura
Decía Herman Melville “Hay dos lugares en el mundo en los que una persona puede desaparecer por completo, la ciudad de Londres y los mares del Sur”.

Y es que es una ciudad en la que merece la pena perderse. Es una ciudad que combina siglos de historia con años venideros, mercados de antigüedades que guardan historias con tiendas de lujo para unos pocos empoderados, calles principales que ven pasar a miles de turistas día tras día con pequeñas callejuelas y barrios que presumen de tener un encanto particular… Esta es Londres, una ciudad variopinta que ha conseguido convertirse en una de las grandes capitales de la moda.
En los años 60, Carnaby Street fue el corazón de la revolución de la moda y la que acogió la psicodelia, el pelo largo, el nacimiento de la minifalda, el pop y los pantalones oxford que hoy día siguen llevándose y que, además, se han convertido - de nuevo - en tendencia este año. Aún hay turistas desorientados que buscan ese espíritu propio de aquella calle que conmovió al mundo con los Beatles y que sólo encuentran en las postales.

Si paseáis por el Soho, sabréis lo que es respirar arte y moda extravagante, oiréis las risas de los “inglesitos” entre cerveza y cerveza y veréis pasar a los turistas, fascinados por cada uno de sus rincones (yo me incluyo).
Aunque si lo que buscáis es algún lugar en el que ver pasar las horas y descansar, sin duda es Hyde Park. Lo llaman el pulmón de Londres y no es de exagerar porque solamente este parque junto con otro paralelo a éste - algo más pequeño- llamado The Regent’s Park, sumarían una dimensión mayor al principado de Mónaco. Es un lugar lleno de espacios para hacer deporte o para hacer un break del ajetreo y ritmo acelerado de la ciudad en pleno corazón de Londres.
Yo aproveché para tomar unas fotos y daros alguna idea de posibles prendas que podéis meter en la maleta si os vais de “turisteo” a alguna ciudad.
Lo que no debéis olvidar es un calzado cómodo. En mi caso, escogí unas Victoria blancas bastante cómodas y combinables, unos pantalones holgados negros estilo casual de Zara de esta temporada, una camisa blanca oversize de Oveja Negra, una chaqueta vaquera también oversize – muy de los años 90 - y un bolso basic, ambos de Zara.


Algo que me llamó realmente la atención fue que cada rincón de Londres guarda su particularidad, se puede pasar de un ambiente consumista e internacional como el de Regent Street a la extravagancia y singularidad de Camden Town – considerado la capital del rock alternativo de Reino Unido - que sin duda hace que te empapes del estilo grunge y, en ocasiones, estrafalario (muy propio del Londres de los años 90).
Camden Town es un barrio que alberga uno de los mercadillos más importantes y concurridos de Londres, el Camden Market. Además de ropa y tiendas llamativas – algunas con zapatos o aviones gigantes – podréis encontrar una zona de puestos de comida de distintos países donde se puede apreciar – a través de los numerosos turistas- la mezcla de culturas y de costumbres en un mismo recinto.

En mi caso, fue una zona de Londres que me transmitió muy buena energía y, aunque os parezca extraño, vitalidad. Decidí entonces llevarme un recuerdo no sólo de aquel lugar tan singular, sino también de esa sensación que hizo de un día gris tan típico de Londres, uno particularmente especial.

Es una manía que tengo, llevarme una prenda u objeto de los lugares únicos que visito, para que cuando lo lleve me acuerde de la razón por la que lo compré. Es una forma de ver la moda distinta, digamos que como sentimiento y fuente de energía, como arte… En esta ocasión fueron unos zapatos negros de charol muy estilo Camden.

No podía esperar a ponérmelos y, aprovechando la ocasión de estar en tierras británicas, conjugué un look muy british con los tres “trapitos” que me había llevado a Londres basado en una camisa blanca – un básico que debéis tener siempre en vuestros armarios -, unos vaqueros de talle alto, una chaqueta de punto negra y los famosos zapatos negros de charol. El conjunto lo acompañé de una trenza a un lado para darle un aire más responsable y recatado al outfit.


Y así iban pasando los días, intentando conocer a ese pequeño pero gran gigante británico y los secretos e historias que aguardaba en cada de uno de sus muros, puentes y calles. Y, dejando a un lado el enorme madrugón del tercer día en Londres, llegó el momento de seguir investigando y curioseando por lo que decidí visitar la zona de la Torre de Londres desde la que se podía ver la City of London – uno de los núcleos del business -, o mejor dicho, la parte de Londres más moderna con edificios que se alzan cada vez más alto y amenazan con imponerse sobre los antiguos.

En esta ocasión decidí escoger un conjunto un tanto singular compuesto de un turbante en tonos rojizos – muy combinable -, un crop top de color blanco roto, unos pantalones vaqueros de talle alto de Salsa, una chaqueta - al estilo kimono – roja y unas playeras Nike azules, ideales para largas caminatas y que además crean un contraste bonito con el resto de prendas dándole un toque más informal al outfit.


Y llegó… Mi último día en Londres. Aquella mañana salió el sol – como si de una conspiradora despedida se tratase – y decidí finalizar mis días londinenses dedicándole una mañana al famoso barrio de Notting Hill que algunos conoceréis por la famosa película romanticona protagonizada por Julia Roberts – la sonrisa de América – y Hugh Grant. Los fines de semana podéis visitar el Portobello Market, un mercadillo de antigüedades también escenario de la película.

Lo que llama la atención de este barrio son las casas de colores que dan luz y un toque característico a sus calles, hogar de numerosos escritores como por ejemplo de George Orwell.
Ese día decidí ponerme una falda de tubo larga a rayas con una apertura en un lateral de Zara y el crop top, la chaqueta vaquera oversize y las Victoria blancas que ya habéis visto en los anteriores outfits.

Sin duda Londres es una ciudad de esas que dejan huella. De esas que te subes al avión y dices “tengo que volver” cuando aún no te has ido. De esas que te cambian. Es “de esas”…

Gracias por leernos Fashionaholics, xo xo.
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